Por: Fernando Sánchez Dragó.
Un buen día me enteré de que los griegos de la antigua Hélade utilizaban en sus encuentros amorosos una hierba afrodisíaca que crecía a su antojo en muchos lugares del Mediterráneo y que lo sigue haciendo: el fenogreco o heno griego. Los italianos, en épocas recientes, la analizaron y llegaron a la conclusión de que potencia la actividad de la testosterona. Ése es el ingrediente principal y el más novedoso, junto a aportes de índole vitamínico y de herboristería, del Homo Erectus que hoy se anuncia en nuestras páginas. Todo en él es natural e inofensivo. Con dos cápsulas al día basta. Sólo para varones.
Fernando, ese maravilloso joven locuelo, que con toda una vida por delante nos cautiva con su verbo y con su pluma. En la fórmula de comunicación que sea siempre estará en contacto Con sus millones de admiradores.
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